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Una pandemia sin vacuna

Autor: Lic. Ingrid Müller

La obesidad infantil es una enfermedad crónica de origen multifactorial, que se caracteriza por la acumulación excesiva de grasa o tejido adiposo en el cuerpo, lo cual genera mayor riesgo de padecer enfermedades crónicas no trasmisibles como la diabetes tipo 2, la dislipemia (alteración de las grasas en la sangre), hipertensión arterial, entre otras.

Según la Organización Mundial de la Salud (OMS) en el año 2016, alrededor de 41 millones de niños menores de cinco años padecían de sobrepeso y obesidad a nivel mundial. El registro de datos muestra que aumentó la prevalencia de esta enfermedad en ambos sexos: un 18% de niñas y un 19% de niños.

En la actualidad la mayoría de los niños crece en un entorno que favorece la obesidad: poco movimiento, bastante tiempo frente a pantallas, fácil acceso a alimentos industrializados (ej: galletitas dulces, golosinas, jugos y gaseosas, etc) y poca oferta/promoción de los alimentos saludables (vegetales y frutas, legumbres, cereales integrales, etc).

Esta situación se considera pandemia por su rápido y amplio crecimiento a nivel mundial. Por este motivo se ha transformado en un problema en Salud pública. No hay una vacuna, pero sí!...podemos hacer mucho por nuestros niños.

Los padres o tutores son responsables del estilo de vida que fomentan en los niños. Ellos son más receptivos a poner en práctica los hábitos familiares.

Algunas ideas de hábitos saludables para incorporar en los niños y de esa manera prevenir la obesidad:

· Incorporar vegetales en la comida, una cantidad adecuada sería entre ¼ a 1/3 plato, dependiendo de la edad. La forma de preparación de los mismos debe variar, incorporando tanto ensaladas, como guisados o cazuelas, vegetales al horno o a la plancha, vegetales rellenos, o vegetales como rellenos de tartas.

· Pensar en incorporar diferentes colores al menú, a través de la variedad de vegetales, nos ayuda a incorporar fibra, vitaminas, minerales, y fitoquímicos, con poco contenido calórico.

· Evitar que coman alimentos fuera de hora, en otras palabras, evitar el picoteo.

· Disminuir alimentos con harinas, azúcares y grasas (manteca, margarina o grasas vacuna u otras).

· Fomentar el consumo de agua en lugar de jugos (comerciales y caseros), aguas saborizadas y gaseosas).

· Organizar sus actividades de tal manera que puedan pasar al menos 1 hora diaria, jugando de manera activa, realizando algún deporte o actividad física.

· Promover un horario de sueño adecuado. Lo ideal sería poder ir a dormir antes de las 22 hs.

Como padres o tutores, seamos conscientes de la responsabilidad que tenemos en relación con la vida y la salud de nuestros niños.

Lic. Ingrid Muller

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